Las Matemáticas sirven y son bonitas
La sombra no existe. Lo que tú llamas sombra es la luz que no ves.
Henri Barbusse
En una viejo pero fenomenal corto animado, el pato Donald es guiado por el Espíritu de la Aventura, una voz que lo guía por un breve y sustancioso recorrido en el tiempo y en el espacio, desde Pitágoras y los griegos que descubrieron la Proporción Áurea hasta el mundo moderno de numerosos adelantos técnicos y científicos que hacen la vida moderna más confortable y movida.
En ese recorrido Donald aprende que las Matemáticas no son un invento tormentoso ni inútil, sino todo lo contrario: son la herramienta y el lenguaje más poderoso que podemos utilizar para transformar la naturaleza, entenderla y ponerla al servicio de la humanidad.
Entonces, ¿por qué hay como una aversión y, sino desprecio, sí una tendencia por referirse a esta importante Ciencia como difícil, complicada y casi perversa?
Una razón de ello se debe a una tendencia universal por no querer hacer el esfuerzo de pensar. Pensar es buscar las causas de algo, sin atribuírselo a ningún ser sobrenatural ni espiritual, sino explorar todas los posibles mecanismos de la Naturaleza. Pensar es correlacionar hechos y sucesos a través de una propuesta coherente, sistematizada y lo más cercana a la realidad. En otras palabras, es ayudarse del método científico. Las Matemáticas son una ciencia y al mismo tiempo, un lenguaje. Como lenguaje, tiene reglas que están hechas para evitar ambigüedades y proporcionarnos una comprensión lo más exacta posible de la realidad. Es ahí donde batallamos, en el proceso de adquisición de este lenguaje.
¿Cómo mejorar eso? Existen tantos métodos que, en definitiva, la elección debe recaer en seleccionar aquel que vaya de acuerdo con nuestro presupuesto y forma de aprender. La educación tradicional se basa en la memorización y la mecanización, lo cual es un vicio contraproducente que lejos de formar un gusto por las Matemáticas, provoca todo lo contrario.
Una propuesta que personalmente me ha funcionado, ha sido la siguiente.
- Dale una oportunidad al genio matemático que llevas dentro y no ha surgido aún. ¿Hasta dónde te ha llevado el razonamiento de «las matemáticas son difíciles y no son para mí»? Si eres alumno de secundaria o bachillerato, y durante tu aprendizaje has batallado con esta asignatura, pensando siempre que «es muy difícil» y «no es lo mío», responde con honestidad: ¿te ha servido de algo esa actitud? Hay como una especie de «maldición» cuando nos enfrascamos en esa resistencia y aversión. Si necesitas un resultado diferente, ¿se podría obtenerlo con tu forma de pensar actual? Si la respuesta es no, es tiempo de probar y buscar otro punto de vista.
- Busca apoyo de alguien que no sólo sepa enseñar, sino que disfrute enseñar. Los malos maestros, si bien se aprende de ellos, dejan más herencias negativas y se convierten en el antiejemplo de lo que debería aprenderse. Es por ello, que, si estás en búsqueda de un asesor de Matemáticas, indaga si él o ella tienen ese gusto por la enseñanza. No se necesita que sean espectaculares en la clase, sino que puedan contagiarte de su pasión por los números.
- Realiza ejercicios por y para ti mismo. Nunca te conformes con los mínimos necesarios que te dejen en la escuela o en la asesoría externa. La magia del aprendizaje ocurre cuando nuestra voluntad y determinación parte de nuestro propio esfuerzo y dedicación internos, sin la presión externa. Cuando eres tú quien decide realizar más ejercicios, acercarte a las numerosas plataformas que existen en internet que dan orientaciones excelentes y muchas de ellas libres de pago, no queda otra más que aplicarlas y recorrer la milla extra.
- Comparte tus avances. Cuando eres capaz de mostrar verbal y/o por escrito lo que has aprendido, has tomado un gran paso que va más allá de una calificación. Te has apropiado del conocimiento y éste, siempre estará para tu disposición.
Espero que este escrito haya expandido tus ideas. Mi interés es mostrar que hay soluciones en el aprendizaje de las Matemáticas. Cuando entendemos los conceptos y las estructuras que genios como Pitágoras, Hipatia, Képler, Descartés, Galois, Gauss, Newton y tantos genios han construido para nuestro beneficio, lograremos pensar y admitir con sinceridad, que las Matemáticas sirven y son bonitas.