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¿Cómo preparar Examen de Admisión a la Universidad?

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«Cuando un hombre Orienta toda su atención y toda su voluntad hacia una cosa determinada, acaba por conseguirla».

Hermann Hesse

Marzo de ______.  Leo los resultados del concurso de admisión para la Universidad Nacional Autónoma de México.  Mi inmediata respuesta al notar que mi número de folio no aparece en la lista de aceptados es:

a) De coraje

b) Tristeza

c) Impotencia

d) De optimismo, pues me digo a mí mismo «lo volveré a intentar y ahora sí quedaré».

Sí, es muy probable que si estás en esta situación, tu respuesta sea más alguno de los tres primeros incisos que el d.  Y sin embargo es el que nos permitirá volver a plantarnos con más determinación y coraje para enfrentar este reto.  No se trata de pensar «sí, échale ganas, vas a ver que sí lo lograrás».  Se trata de una actitud más fuerte y de una convicción aún más que inquebrantable.  Se vuelve un reto porque de momento estamos como en un estado de shock.  Pero el qué tan rápido controlemos ese latigazo emocional y cómo convirtamos la energía de decepción por una fuerte determinación será lo que nos ayudara para obtener el resultado anhelado: entrar a la mejor casa de estudios en América Latina.

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Mi intención no es crear una receta de cocina que te diga qué tienes que hacer.  Me interesa que te plantes muy bien en el suelo y que contemples el escenario que estás creando.  En éste, tú tienes el poder de embellecerlo a tu gusto; tienes el control de los matices, de las características del decorado, de la profundidad del mismo.  Eres el decorador de esta gran oportunidad.  ¿Pero sabes qué hace falta?  Muy bien, entonces es momento de que hagas un análisis que te sirva para crear tus propias herramientas y que te permita disfrutar del proceso: el camino hacia tu admisión a la Universidad.

1. ¿Para qué quiero estudiar la carrera para la cual voy a aplicar?

En la Universidad más que aprender las herramientas técnicas de una determinada profesión, vas a entrar en contacto con un universo de formas de pensar.  Aquí está el combustible que más adelante, te permitirá construir no una Carrera, sino un destino completo.  ¿Estudio por qué quiero ganar dinero?  ¿Estudio porque quiero trabajar en esta determinada empresa?  ¿Aprendo para seguir estudiando después una maestría y doctorados relativos a esa área?

atención concentrada

Responder sinceramente esta pregunta es fundamental.  Si bien, buscamos certeza en el futuro, y queremos estabilidad en todos los frentes de la vida una vez que hallamos concluido la carrera, la realidad es que no tenemos una bola de cristal que nos garantice todo aquello que buscamos para el futuro una vez terminados los estudios.  De hecho, una parte muy emocionante de la vida estriba en reconocer esa incertidumbre y en abrazarla, porque significa que cualquier futuro es posible: que estudie ingeniería industrial para trabajar como relator de marketing empresarial; que labore en las oficinas de Google como enlace de la compañía y el sector académico cuando estudie Física.  En fin, si dejáramos de tener miedo a la incertidumbre, el futuro puede ser más excitante que tan sólo adquirir un papel que certifica un nivel de instrucción determinado.

Como nota adicional a este punto, es necesario que enfoques tu energía en estudiar algo por gusto y porque te sea de plena alegría escuchar y trabajar sobre ello, en vez de hacerlo porque «pagan mucho dinero».  El dinero es una consecuencia de la profundidad del amor que le damos a nuestro trabajo.  El mismo no nos define, pero nosotros sí definimos nuestro sello personal y lo que queremos aportar al mundo al ejercer determinada profesión.  Nuestra medida del tamaño en el servicio y en la entrega por lo que hacemos se traducirá en nuestra remuneración.

2. Verifica cuál es tu nivel de dominio de cada uno de los temas de la Guía

Un examen simulacro (que bien pudo haber sido la prueba de la primera convocatoria) nos da idea de qué nos falta por aprender adecuadamente para  tener éxito.  Y aquí hay que ser muy claro.  Tu objetivo es tener 120 aciertos de 120 aciertos posibles.  Si quieres ser parte de la comunidad universitaria, debes de tirarle muy, muy, muy alto.  Sobre todo, si la carrera para la que vas a aplicar es de demanda alta o media.

Una vez recibí un correo de un chico que se quedo a un acierto (sí, ¡a un p____ acierto!) de quedar en la carrera que el quería.  Esta carta se la envió a varios profesores de Ingeniería Mecatrónica, incluyendo el Director y el Rector, donde solicitaba que le tuvieran compasión y que pudieran hacerle una consideración especial.  ¿Sabes que hubiera pasado, estimado lector, sí las autoridades universitarias le hubieran hecho caso? ¿Imagínate que todos los que estaban en una situación así, hubieran «reclamado» y se les hubiera dado chance.  ¿Y luego, los que estuvieron a dos aciertos? ¿Y después los de 3?  En fin.  Más allá de pensar en rechazados o no aceptados, o de que el estado tiene obligación de colocar a todos los aspirantes, lo que es un hecho concreto es que mientras tú no asumas que sólo y únicamente tú tienes el deber de estudiar para que tu rendimiento del examen sea Superior, no habrá ninguna consideración especial.  Parece cruel, pero la vida misma no entiende de excepciones.

Volviendo al punto crucial, ¿cuáles es tu verdadero conocimiento de cada tema de la Guía?  ¿Los dominas de tal forma que puedes exponer de cada uno de manera desenvuelta sin necesidad de un apunte?  Realiza este ejercicio: dale una clase a alguien que se esté preparando como tu al examen, del tema y materia que quieras.  En la medida en que lo puedas exponer de forma segura y completo, en esa medida está el dominio que tienes.

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Prepararse para entrar a la Universidad demanda dar el 110%

 

3. Analiza qué estrategia te conviene hacer en los temas donde no tienes dominio

En mi experiencia personal, hay material que son más de memorización (Literatura, Historia, Geografía, Biología, Ciencias Sociales) que de esfuerzo y necesarias de planteamiento lógico-matemático.  Estas últimas probablemente requieran la ayuda de una Asesor Externo sobretodo si te cuesta trabajo modelar matemáticamente y necesitas un «couching» que verifique los detalles que te hace falta pulir.

Estudiar y aprender por uno mismo es una de las habilidades más importante que todo ser humano debe adquirir en la vida, y desgraciadamente, el sistema escolar no hace mucho para ahondar en ello.  Si aprendes a estudiar por tu cuenta, habrás dado un gran paso en tu propia evolución.  Te recomiendo mucho la liga anterior si tu eres de los que prefieren aprender por su cuenta sin la necesidad de un instructor.

4.  Comprométete con tu meta como si la vida dependiera de ello.  

Nada se consigue en la vida sin meter esfuerzo.  ¿Pero qué tanto?  ¿Hay una relación proporcional entre el tamaño de la meta y la cantidad de trabajo que debo hacer para alcanzar la meta?  Para medir esto, nuevamente me refiero al punto 2.  Cuando sabes qué tanto te falta para dominar una materia, acostúmbrate a no hacer el mínimo necesario, sino a correr la milla extra.

Jerry Rice, el gran receptor abierto considerado el más grande en su posición, era un adicto al entrenamiento duro durante la pretemporada.  Tenía un plan muy estricto en la etapa baja de una campaña (cuando los jugadores sólo se dedican al trabajo de acondicionamiento físico) que no sólo incluía gimnasio y correr las bancas del Candlestick Park, sino que le aventaran ladrillos y grandes piedras para acostumbrar sus manos a los balazos de su quarterback.  En nuestro caso, el equivalente a esos ladrillos y pedradas será hacer los ejercicios más complicados que la guía traiga, resolver los ejemplos más locos del libro que uses para tu aprendizaje.  «En mares serenos, no se forman buenos marineros», dice un refrán muy sabio.

"Hoy haré lo que otros no harán, así mañana alcanzaré lo que otros no podrán alcanzar", Jerry Rice
«Hoy haré lo que otros no harán, así mañana alcanzaré lo que otros no podrán alcanzar», Jerry Rice

5. Aprende a relajarte

Intensidad no es lo mismo que concentración.  Hay un dicho muy popular en Oriente que dice que el Gran Arquero nunca falla cuando no tiene presión.  Fallará muy poco cuando tenga que atinar de vez en cuando al blanco cuando compita por un trofeo, pero si está obligado a ganar el oro, es más probable que falle todos sus intentos.  La idea que está detrás de esto es que la presión, en este caso tú la generas, es un factor de peso que tiene que ver con la expectiva.

¿Es paradójico?  Claro.  Tú quieres entrar acomode lugar; pero los nervios están a flor de piel.  Si no desarrollas el hábito de desprenderte mentalmente y emocionalmente de la obligación de ganar, va a ser muy complicado disfrutar de la competencia (el examen).  Lo bello de este proceso radica en el examen.  La magia ocurre en el momento en que te haces uno con todos los sentimientos a flor de piel y puedes respirar tranquilamente con la certeza de que estás haciendo tu mejor trabajo.  Si aceptas todos los posibles resultados que esta acción (presentar el examen de admisión) puede tener, y te convences que no importa que pase, que sí entras estarás muy bien, que si no entras estarás muy bien porque no es el fin del mundo ni la más grande tragedia; entonces no tienes nada de qué temer.  Siempre hay opciones.

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Espero haberte dado ideas para que este proceso sea de verdad muy disfrutable.  A veces, cuando el alpinista llega a la cumbre, se olvida que fue el ascenso lo que tenía toda la belleza.  ¡Que tu única labor sea el aprendizaje, y que por añadidura se te dé todos lo demás!

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